El bando deflacionista cuenta con poderosos aliados, entre los que está nada más y nada menos que la tecnología.

¿La tecnología?

Sí, la tecnología es inherentemente deflacionista.

¿Por qué?

Para entenderlo antes debemos comprender bien qué es la deflación y de donde viene.

Se que es tentador decir que la deflación es lo contrario a la inflación, pero es mejor no caer en definiciones circulares. Además no sabemos quien nos puede estar leyendo y algún deflacionista podría molestarse.

La deflación monetaria es una contracción de la oferta de dinero, lo cual suele provocar un descenso en los precios.

Esto ocurre porque esta disminución de la masa monetaria, ante el mismo número de bienes y servicios, hace que aumente el valor de la moneda. Evidentemente, cuanto menos dinero hay más vale.

Pero existen otras posibles causas de la disminución de precios, como el incremento de la oferta de bienes y servicios, que puede hacer que esta supere la demanda.

O las expectativas de los agentes económicos, que también influyen de forma crucial en este proceso, haciendo que la deflación pueda conducir a más deflación. Por ejemplo, si los compradores piensan que la deflación les hará comprar más barato en el futuro, puede que retrasen sus compras, generando más deflación.

Lo mismo sucede en el caso bando contrario, si los vendedores esperan que los precios suban (inflación), pueden decidir que conviene posponer la venta, generando más inflación.

¿Guerra psicológica?

Como en cualquier guerra, mientras tengan los medios…

¿Y qué tiene que ver la tecnología con todo esto?

Probablemente el mejor ejemplo, el que todo el mundo tiene en sus manos, es el smartphone.

Ese teléfono no estaba inventado hace 20 años y mira todo lo que trae hoy.

Casi todas tus aplicaciones son gratis.

Así que tienes más poder del que tenía cualquier presidente hace 20 años, en la palma de tu mano y gratis.

“Pues mi móvil me ha costado lo mismo que el anterior” me dirá alguno.

Es probable, pero seguro que el nuevo es muy superior, lo que lo sigue haciendo (parecer) más barato en relación calidad-precio (hedonic adjustment).

Además siempre puedes volver a comprarte el mismo solo que mucho más barato.

La deflación tecnológica es buena porque mediante la eficiencia, nos proporciona ahorro a la vez que abundancia.

¿Ahorro?

Por ejemplo hace 20 años cuando alguien llegaba a Mallorca llamaba a su amigo, compraba un mapa, etc.

Hoy envía un whatsapp, abre google maps, etc.

Todo gratis.

¿Y abundancia?

No conozco a nadie a quien se le hayan acabado los whatsapps ni las búsquedas en google maps.

Pero como casi siempre que te dicen que algo es gratis hay un pero.

Pagamos el coste en pérdida de empleos, por ejemplo.

Eso es lo que está pasando de forma general en el mundo y se está acelerando.

¿Entonces por qué hay cosas que no han bajado de precio o están subiendo?

Algunas por su escasez, y creo que eso es bueno.

Otras, la mayoría en mi opinión, por el aumento masivo de deuda y apalancamiento, estamos trayendo demanda del futuro con una deuda que no se podrá pagar.

Es decir, el bando inflacionista contrarrestando.

Pero siendo la tecnología deflacionista, y extendiéndose como lo está haciendo a cada industria, no hay forma posible de que sigamos en un mundo inflacionista sin manipular el sistema, y eso es justo lo que estamos viendo.

¿Hay alguna señal de que las fuerzas inflacionistas estén flaqueando?

Bueno, toda esa enorme cantidad de deuda y de expansión monetaria en los últimos 20 años solo han bastado para conseguir crecimientos y tasas de inflación insignificantes. Es decir, nos endeudamos muchísimo para crecer solo un poco.

Cuando la deuda crece mucho más rápido que el PIB sabes que algo va mal.

Y aquí viene el tema, esto es todo antes del Covid.

El Covid acelera la tendencia hacia la tecnología.

¿Cuántos millones de personas han empezado a trabajar online durante el Covid?

Y sobre todo ¿cuántos de esos millones no van a necesitar una oficina después de él?

¿Cuántos viajes de empresas serán sustituidos por una videollamada?

¿Cuántos nuevos teletrabajadores no se compraran ese coche?

¿Cuántos cambios?

¿Cómo de rápidos?

¿Cómo de rápido está cambiando la robótica?

¿Cómo de rápido se está moviendo la inteligencia artificial?

La gente que no está cerca de la tecnología no es tan consciente de cómo de rápido está cambiando todo.

Pero nuestros viejos sistemas no fueron pensados para la deflación tecnológica, porque como tengas deflación la deuda explota en términos reales, no se podría pagar nunca.

Si tienes una economía construida sobre creación masiva de deuda y permites deflación probablemente debas resetear la deuda.

Ese es uno de los problemas al que cualquier banco central se enfrenta, y no saben qué hacer.

En vez de afrontar los hechos, los políticos disimulan los hechos.

¿Hasta cuándo?

Pues no se, porque por el camino de manipular el sistema seguirán favoreciendo la desigualdad y aumentará el descontento social.

Pero además, es que no hay nada que los banqueros centrales puedan hacer para parar la deflación tecnológica.

Nada, es una diferencia estructural.

Es como Blockbuster con 9000 tiendas no viendo venir a Netflix. Y digo “no viendo venir” en el sentido figurado, porque Netflix llamó a sus puertas, pero subestimaron la velocidad a la que avanzaba la tecnología y como el aumento en la velocidad de descarga cambiaría su modelo económico de la noche a la mañana. En vez de comprar Netflix por 50 millones de dólares decidieron poner estanterías de golosinas en sus tiendas.

Si miras desde arriba lo que los políticos y bancos centrales están haciendo, están poniendo estanterías de golosinas. No están teniendo en cuenta las consecuencias de segundo y tercer orden de sus decisiones políticas, o peor, siendo conscientes solo les interesa el corto plazo.

¿Será la deflación tecnológica suficiente para ganar la guerra?

Habrá que hacer balance.

¿Qué pesará más la deflación tecnológica o la inflación monetaria?

Lo que no podemos olvidar es que la tecnología sigue un patrón de crecimiento exponencial, y que aunque a la ley de Moore le quedasen un par de ciclos solo, el ordenador cuántico, la digitalización, la IA, evolucionan tan rápido que parece que vamos a tener crecimiento exponencial para rato. Con lo que eso significa, entre otras cosas, que tendríamos que seguir aumentando la deuda exponencialmente para seguir jugando. Este tema merece una entrada aparte, pero básicamente no estamos preparados para pensar exponencialmente. Tenemos un patrón exponencial de crecimiento en la tecnología, y estamos mirando al pasado tecnológico y proyectando a futuro predicciones a escala lineal. Esto no funciona así chaval. No nos hacemos ni una idea de lo que viene.

Bueno, y aparte de la tecnología ¿qué más aliados tiene este bando?, ¿quienes más se montarán a este lado del subeibaja?

· La competitividad.

Somos cada vez más millones de personas.

¿Puede que compitamos todos por cada vez menos puestos de trabajo?

¿Puede que la oferta de trabajadores supere ampliamente a la demanda?

Entonces el salario de los trabajadores bajará.

· La globalización y su prima la deslocalización.

· La confianza.

Si tu me prestas un montón de dinero y yo realmente no tengo para devolverlo pero tengo la impresora mágica para “sobre el papel”, o mejor dicho, “en papel”, devolvértelo. Eventualmente descubrirás que cada vez te sale menos a cuenta, pero tarde o temprano llegará el día en que no quieras volver a prestarme. Eso está pasando con gobiernos de todo el mundo.

Además, ¿cuántos ceros hay que añadir para que esto se convierta ya en un cachondeo?

Sin duda creo que el diablo está en los detalles, y que cuando estudias mucho algo, lo que se dice a fondo, la grandes diferencias se marcan cuando aprendes el primer 10% y cuando comprendes el último 10%.

Eso me llevó a la siguiente pregunta: ¿Hemos creado dinero o deuda?

Porque si hemos creado dinero eso es inflacionista.

Pero si hemos creado deuda eso es deflacionista.

Resumiendolo mucho, casi todo el dinero se crea como deuda. Cuando pides un préstamo de un millón se “crea” un millón, y cuando lo pagas se “destruye”.

La deuda es deflacionista porque hay que pagarla y además con intereses, cada pago de deuda “destruye” ese dinero, a la vez que “cancela” la deuda.

Tiene sentido, si dinero es igual a deuda.

Pero ¿y si no se paga? Entonces si que es deflacionista, porque entonces ese dinero “desaparece”.

Alguien contaba con ese dinero para comprar algo, pagar a alguien, invertirlo en algo o guardarlo en algún sitio hasta buscarle un fin. Pero ya nunca lo verá, ha desaparecido, se ha ido al cielo del dinero, ya no se puede contar con él, ni su legítimo dueño ni el sistema. Entonces el sistema cuenta con menos dinero. Los impagos son la hostia de deflacionistas, y si la deuda es la madre de todos los impagos ¿quien es el padre?

· Un crash.

Por supuesto siempre está la opción de la wild card, que haya un crash, o como a mi me gusta llamarlo “control sorpresa”.

Teniendo en cuenta todo lo comentado anteriormente y las valoraciones actuales, al menos no debemos descartarlo. De hecho los bonos no lo descartan, y las curvas de tipo tampoco.

Pero no bastaría con un crash para desequilibrar la balanza a favor de la deflación. Es cierto, necesitariamos el deadly combo: Crash + Depresión. Entonces sí que sí.

Pero tranquilo que esas cosas solo pasan una vez cada 100 años.

La última vez fue en 1929.

¿Te parece demasiado extremo?

¿Y la moneda del perro, el mercado de NFTs y el tamaño de la deuda? ¿Te parecen extremos?

De cualquier forma se necesita una limpieza del sistema, y la limpieza va a ocurrir de una forma o de otra, es decir, gane un bando o gane otro.